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En 1998, Blizzard Entertaiment (Ahora parte de Activision)  lanzó Starcraft. Aunque no era, ni mucho menos el primer juego de estrategia en tiempo real, su cuidada ambientación y adictivo sistema de juego le ha valido nueve millones y medio de copias vendidas desde entonces y el seguir siendo un clásico en las partidas multijugador de muchos eventos informáticos.

Casi doce años después, Blizzard por fí­n ha lanzado a la venta la segunda entrega, Starcraft II: Wings of Liberty. La secuela, que en realidad es la primera de una trilogí­a, se mantiene fiel al espí­ritu del primer juego y consigue introducir no pocas mejoras. Fans de la estrategia, seguid leyendo porque Starcraft II merece la pena de principio a fin.

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Historia

Starcraft II recoge el testigo de la lí­nea argumental dejada por Starcraft: Brood War, la expansión del juego original. Tras años de encarnizada guerra, el marshall Raynor es un delincuente en fuga que trata, sin éxito, de derrocar al emperador de la Confederación Terran, Arcturus Mengsk. La otrora francotiradora al servicio de la raza humana, Sarah Kerrigan, convertida en cabecilla del ejército Zerg, reaparece ahora para terminar el genocidio que empezó. Los Protoss, mientras tanto, siguen intentando reunificarse y desvelar el misterio detrás de los experimentos de hibridación de su raza con los Zerg y de la creación de ambas por parte de la antigua estirpe de aliení­genas conocida como los Xel-Naga.

El juego, en definitiva, maneja con soltura varias lí­neas argumentales paralelas, con el aliciente de que la campaña de un jugador no es lineal. A medida que se avanza se pueden elegir entre distintas misiones que ofrecen distintas bonificaciones y abren nuevos cauces.

Es importante hacer constar que, aunque en el modo multijugador están disponibles las tres razas, la campaña individual de Starcraft II: Wings of Liberty está protagonizada exclusivamente por el bando humano. En un plazo que Blizzard no ha especificado saldrán a la venta Starcraft II: Heart of the swarm, y Starcraft II: Legacy of the void, que son las campañas individuales de los Zerg y Protoss respectí­vamente.

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Desarrollo

Starcraft II: Wings of Liberty es un juego de estrategia en tiempo real en el que prima el componente táctico. El jugador maneja sólo dos recursos, gas vespeno y cristales de mineral, con los que construye todas las infraestructuras de la base y unidades necesarias. El auténtico quid del juego está en el combate entre estos ejércitos que, en esta segunda entrega del juego, son realmente numerosos. Uno de los mayores encantos de Starcraft II es la diferencia de manejo entre uno u otro bando. Los humanos confí­an casi por entero en tecnologí­a mecánica y cuentan con un buen balance entre ataque y defensa. Los Zerg, por su parte, son una especie que trabaja en colmena cuyos edificios y estructuras son biológicos y que confí­an en el cuerpo a cuerpo y en la aplastante mayorí­a numérica, aunque sus unidades sean más bien frágiles. Los Protoss, por último, es un bando lento en desarrollarse y construir. A cambio, sus unidades y edificios manejan una tecnologí­a energética única que hace a sus unidades poderosas en ataque y realmente correosas de abatir.

En esta segunda entrega, el juego adquiere mayor profundidad ya que se desarrolla en dos fases. La primera es la fase previa a la misión en sí­. Aparte de interactuar con otros personajes, o descubrir detalles de la trama, esta fase esconde el arbol de desarrollo tecnológico. Los créditos conseguidos en misiones anteriores permiten aquí­ comprar mejoras para tropas y estructuras aparte de las que se ponen en marcha durante la partida en sí­, que siguen existiendo. La propia elección de unas mejoras y no otras condiciona mucho el estilo de juego posterior.

En la segunda fase, lo que es la misión en sí­ misma, el jugador ya maneja a todas las tropas sobre el terreno. Al igual que con Warcraft III, estas misiones están trufadas de objetivos secundarios y elementos de la propia trama. El juego incluso guarda automáticamente la partida en ciertos momentos clave de cada misión. En al lado malo, las misiones de campaña no dejan mucha libertad para elegir una u otra táctica. En el lado bueno, su desarrollo es tan dinámico y entretenido que no se echa en falta para nada la libertad de actuación. Esa libertad podemos encontrarla en las misiones individuales a medida o en el modo multijugador.

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Apartado técnico

Inevitable hablar de mejoras cuando ha pasado tanto tiempo entre el primer juego y este. Lo primero que llama la atención de Starcraft II es la cuidadí­sima ambientación. Hasta detalles nimios y menús del juego están vestidos con escenas cinemáticas de gran calidad y en alta definición que le aportan un altí­simo grado de inmersividad en la historia. Bastan unos minutos para meterse hasta las trancas en el juego.

Aunque similares en estética a los del primer tí­tulo, los escenarios han avanzado mucho. Aparte del nivel de detalle en iluminación, texturas, efectos atmosféricos, explosiones o energí­a, los propios escenarios ahora están mucho más vivos. En determinados casos, la estrategia incluso debe tener en cuenta procesos naturales como mareas de lava.

Los veteranos que jugaron a la primera entrega estarán contentos, ya que Starcraft II: Wings of Liberty mantiene invariable el sistema de manejo con apenas algunos retoques lógicos para hacer más facil la operativa de ciertas unidades. El nivel gráfico y sonoro es intachable, con un perfecto y dramático doblaje integro al castellano.

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Multijugador

Aparte de la campaña individual, Starcraft II: Wings of Liberty está integrado en el sistema de juego online Battle.net creado por Blizzard. Una vez registrados sobre esta plataforma se puede acceder a todo tipo de partidas, ligas y competiciones con un adictivo sistema online de logros y trofeos con los que picar al respetable.

Tanto en juego individual como en modo online, Starcraft II: Wings of Liberty precisa de unos requisitos mí­nimos y recomendados que no se ajustan, evidentemente, a netbooks ni a portátiles de trabajo, pero que no son difí­ciles de alcanzar para un PC o Mac medio. Como el resto de juegos de la compañí­a, es compatible tanto con PC como con Mac.

Lo mejor

El sistema de manejo es realmente adictivo y la ambientación se ha cuidado hasta lí­mites insospechados. Un digní­simo sucesor del Starcraft original y de prueba obligatoria para todo fanático de la estrategia.

Se puede mejorar

Es una pena que Starcraft II: Wings of Liberty no incluya las campañas de las tres razas y que Blizzard nos haga esperar (y desembolsar más pasta) para conocer el final de la historia. Esperemos que las otras dos entregas no tarden otros doce años en llegar a las tiendas.