La compañía THQ se ha atrevido a intentar innovar en uno de los aspectos más delicados del panorama actual en los videojuegos. Se trata del controvertido asunto de los contenidos descargables, o DLCs. Para los que no los conozcan, son esos extras que no salen junto al juego, si no que aparecen más adelante. Y además, en su mayoría, suelen ser de pago. Así, podemos conseguir nuevos mapas, trajes para los protagonistas, mejoras en el equipamiento, etc.
Pues bien, THQ cree que hay que sacarle mucho más rendimiento a estos contenidos. Así, según ellos, podrían reducirse los precios de los videojuegos, que saldrían con lo que sería una base. Es decir, con lo que sería la parte principal del mismo: algún modo de juego básico, otro adicional y poco más. Luego estarían los contenidos para que cada uno personalizase sus características. Así, el que prefiera el modo online, podría comprar más mapas, al que le guste más la campaña de un jugador, podría obtener nuevos equipos o misiones adicionales.
Todo esto lo van a poner a prueba con su próximo título MX vx. ATV: Alive, un juego de bicicletas que saldrá en Estados Unidos. Su precio será de 40 dólares, que aquí en Europa serían 40 euros al cambio. Así, estaría 30 euros por debajo de su coste habitual, pero por otra parte contará con más de 100 ítems para elegir. De este modo el jugador podrá comprar lo que más le atraiga en cada momento.
Este modelo de negocio podría implantarse en el futuro, pero exige que el consumidor cuente con una conexión a internet fija. Además también hay que tener en cuenta el miedo que aún tiene mucha gente a realizar compras por internet. Por lo tanto habrá que ver con el tiempo si tiene éxito o no, pero desde luego nos sigue pareciendo un abuso que con ciertos juegos mantengan un precio tan elevado. Y luego sus contenidos descargables sean también tan caros. Como es el caso del Call of Duty Black Ops, que cuesta 70 euros y cada pack de mapas nada menos que quince euros.