supercomputador

Hasta hace bien poco, la caracterí­stica más alabada de  la videoconsola PlayStation 3, ha sido su capacidad para instalar cualquier sistema operativo, incluso Linux. La última actualización del aparato ha eliminado de raí­z esta posibilidad, una decisión absolutamente desafortunada por parte de la japonesa Sony, que se ha tomado, aparentemente, para evitar la piraterí­a y proteger contenidos sometidos a copyright.

El asunto ha adquirido tal envergadura, que cuando un consumidor enví­a una consola averiada al servicio técnico de la japonesa, si aún no está actualizada, recibe a cambio una consola con la capacidad de instalar sistemas operativos alternativos eliminada. Hay muchos usuarios que se sienten estafados ante esta actualización, que además puede tener consecuencias cientí­ficas, y poner en peligro la seguridad de los mismos Estados Unidos.

supercomputador 2

La Fuerza Aérea norteamericana ha sido uno de los últimos organismos oficiales en apuntarse a un nuevo modo de computación que aprovecha la potencia del procesador instalado en la videoconsola de Sony para crear supercomputadores. El laboratorio de investigación de la Fuerza Aérea norteamericana en Nueva York compró el año 2009 336 videoconsolas PS3 para construir un sistema de computación de 53 TeraFLOP. Visto que el asunto funcionaba perfectamente como supercomputador, decidieron pasar de la teorí­a a la práctica y compraron 2200 consolas más, cada una de ellas con un disco duro de 160 GB. El sistema, por cierto, corrí­a sobre el sistema operativo Linux. Es uno más de los centros de supercomputación del ejército norteamericano, que emplean un total de 22.000 consolas enlazadas entre sí­.

Pero los militares no fueron los primeros en tener la idea. Universidades como la de Carolina del Norte, o la de Massachusetts llevan construyendo sistemas de supercomputación a base de consolas desde 2007. El movimiento de Sony no va a tener consecuencias inmediatas, pero va a representar un mazazo para estos sistemas de computación en el inmediato futuro. Cada vez que una consola se averí­e, las universidades y los investigadores recibirán una nueva, incapaz de utilizar el sistema operativo Linux, y en consecuencia inútil para estos complejos sistemas de computación. Lo mismo pasará cada vez que sea necesario encontrar una consola nueva para sustituir a cualquiera de las que resulten irreparables.

Ví­a: Gaming Today