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Amantes de la violencia gamberra y el género de come-cerebros: Capcom os convoca. El lanzamiento de Dead Rising 2 vuelve a traer consigo la opción de desahogarnos a golpe de porrazo limpio contra un ejército incontable de zombies, y hacerlo esta vez por una buena razón: salvar la vida (al menos, tal y como la conocemos) de nuestra hija en plena epidemia.

Esta vez, Dead Rising llega para ordenadores PC y PlayStation 3, a diferencia de la entrega anterior, que sólo salió para Xbox 360 en su versión de alta definición (además, de una edición para Nintendo Wii, que esta vez se queda sin su trozo del pastel). En cuanto a precio, el Dead Rising 2 de ordenador nos costará unos 50 euros, mientras que en versión consola tendremos que pagar unos 65 euros. A ver si nos merece la pena el gasto.

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Argumento

Dead Rising 2 repite de nuevo la fórmula de la entrega fundacional. Esta vez, manejaremos a Chuck Greene, un piloto de motocross reciclado a una pintoresca disciplina: es participante de un reality show que rentabiliza la epidemia zombie que conocimos en la primera entrega. El programa, llamado «Terror is Reality», consiste en encerrar a un grupo de motoristas con vehí­culos previamente tuneados con armas pensadas para masacrar zombies en una pista cubierta.

Tras una de las retransmisiones de «Terror is Reality», el ganado zombie que se almacena en el estadio del programa consigue escapar, sembrando de pánico y masa cerebral todo a su paso. Chuck tendrá que rescatar a su hija, Katey, encerrada en uno de los camerinos de las instalaciones del show, y llevarla a un lugar seguro. Pero ahí­ no acaban los problemas de nuestro protagonista: Katey fue infectada por el virus zombie un tiempo atrás, por lo que necesita cada 24 la administración de un fármaco, Zombrex, que por supuesto no podrá conseguir en el refugio donde se parapetarán.

Cuando Chuck sale para conseguir el antí­doto, descubre que él es el principal acusado de haber liberado a los zombies que ahora asedian Fortune City (una suerte de Las Vegas, sede de «Terror is Reality»), por lo que tendrá que limpiar su nombre en plena epidemia dentro de las 72 horas que tardará la Guardia Nacional en llegar a la ciudad para rescatar a ls supervivientes. Pero claro, nadie dijo que eso fuera fácil.

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Jugabilidad

Pocas son las novedades de Dead Rising 2 respecto a su predecesor. Si antes Frank West estaba encerrado en un centro comercial, ahora el escenario se extiende, aunque con las mismas posibilidades (e incluso, con entornos realmente similares) a los que vimos en el primer Dead Rising. El principal aliciente para jugar a Dead Rising 2 estará en la guasa y mala leche que se gasta este tí­tulo, concebido como un juego de humor negro como el betún.

Chuck podrá usar prácticamente cualquier objeto del entorno como arma e incluso podrá tunear artí­culos para hacer super-armas con las que ganar más puntos PP. Los puntos PP se obtienen por número de zombies eliminados, así­ como por la forma en que acabamos con ellos (ya sea con el comando que usemos para darles cañita brava o si hemos empleado armas tuneadas) y por haber rescatado supervivientes.

En cuanto al control del personaje, Chuck podrá saltar, jalear a supervivientes para que le acompañen al refugio, así­ como atacar a zombies y supervivientes. Para atacar, tendremos un único botón, que ejecutará dos tipos de ataque en función de si pulsamos prolongadamente la tecla o no cerca de un objetivo. También habrá un comando adicional, pensado para las armas de fuego o para arrojar objetos. Se ejecuta con los gatillos del mando, usando el gatillo izquierdo para apuntar al objetivo y el derecho para lanzar/disparar. Asimismo, este último control también servirá para frenar/dar marcha atrás y acelerar, respectivamente, cuando manejemos un vehí­culo.

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Modos de juego

Las 72 horas que embargan la espera de la Guardia Nacional suponen, aproximadamente unas seis o siete horas de juego reales (más o menos como en la primera entrega) se refieren al modo de juego en historia, en el que tenemos la opción de abrir la partida a otros jugadores en red, que podrán participar con nosotros o ponernos las cosas más difí­ciles para hacer que lleguemos a buen puerto en nuestras misiones.

En este punto, es preciso matizar que, al igual que en la primera entrega, volvemos a encontrarnos con el discutido sistema de guardado de partida. En Dead Rising 2 habrá dos opciones para salvar los datos: buscar un retrete en el que aliviarse o terminar capí­tulos de la trama. Sólo entonces se podrá salvar la partida. Esto significa que si estamos en medio de una misión y estamos lejos de un cuarto de baño (podremos consultar los puntos de referencia en el mapa) tendremos que armarnos de paciencia para llegar al punto de salvado si no queremos perder los progresos.

Hay también otro modo online, que consiste en participar en el «Terror is Reality» compitiendo con otros pilotos sedientos de sangre. En función de nuestra posición en el exterminio zombie con armas personalizadas, obtendremos una gratificación económica que nos permitirá comprar artí­culos en el modo campaña, así­ como desbloquear mejoras del personaje (como las cartas combo, necesarias para aprender a fabricar armas combinadas, o los trajes extra con los que pasearse por el juego).

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Aspectos técnicos

Gráficamente Dead Rising 2 no es de lo mejor de su generación, ni mucho menos. El realismo no es uno de los objetivos de este juego, e incluso está por debajo de otro tí­tulo del género que no destacaba por el plano visual, Left 4 Dead 2. No obstante, no hay que olvidar que Dead Rising 2 no espera ser un juego realista ni con unos gráficos cuidados. Hay que concebir Dead Rising 2 como un arcade con mala uva y muy pocas pretensiones, un escollo que una vez superado, agradeceremos de cara a disfrutar

En cuanto al sonido, hay que apuntar en primer lugar que el juego no está doblado, sino que habrá que contentarse con el acento sureño en inglés americano de los personajes. Esto le da un punto fronterizo y canalla al conjunto, pero quizás para determinados jugadores suponga una pega. No obstante, tampoco es que haya que estar leyendo demasiado, dado el tono de la trama.

Musicalmente no es nada espectacular, y quizás se puede salvar en el chapoteo que desprenden los zombies cuando les damos candela, ya sea atropellándolos o moliéndolos a palos con armas que vayamos improvisando a lo largo del juego. En fin, que en lí­neas generales, a nivel de sonido no es probable que Dead Rising 2 acabae inundado de premios.

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Dead Rising 2, Opiniones

Capcom sabe qué es este Dead Rising 2: una enorme y sanguinolenta hamburguesa con la que disfrutar a golpe de porrazo matando zombies como divertimento vací­o. A pesar de que en este tí­tulo se han trabajado una trama que llega a interesar a cada momento (la gran sorpresa del juego, a pesar de los maniqueos y accesorios personajes que van cruzándose en nuestro camino), no hay que buscarle tres pies al gato: Dead Rising 2 es un juego para fans del género que quieran divertirse con un humor más negro que el alma de un traficante de armas.

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Técnicamente Dead Rising 2 no pasará a la historia, aunque eso bien le podrí­a haber valido haber aligerado las cargas del juego. En la versión de PS3, da la sensación en muchos momentos de estar participando en la PlayStation Home, ya que cada cambio de pantalla y misión requiere de una carga que, si bien no es eterna, en conjunto le da una sensación muy abrupta al desarrollo de la trama. Un error que no se haya conseguido un punto más fluido en este aspecto.

Dead Rising 2 es un juego recomendable para quienes quieran un juego divertido, gamberro y sin ningún tipo de pretensión de profundidad. La respuesta perfecta para las soporí­feras tardes de domingo o como tí­tulo para desconectar de preocupaciones a golpe de garrotazo zombie. En cualquier caso, si ya has jugado a este tí­tulo, puedes dejarnos tu comentario con tu opinión de Dead Rising 2.

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