Los pájaros furiosos de Rovio son una auténtica mina para explotar su fama mundial. Angry Birds puede transformarse en una gran franquicia de entretenimiento no sólo para videojuegos, sino también para cortos de animación, pelí­culas, programas de televisión y diversas mercancí­as licenciadas. Rovio quiere mantener el control creativo sobre su marca, y apunta alto, porque la compañí­a quiere emular el éxito de la Pixar.

Con la inyección de dinero fresco (42 millones de dólares) que acaba de recibir de dos firmas de capital riesgo, la empresa desarrolladora ya ha dado los primeros pasos. El dí­a uno de junio anunciaba la adquisición de Kombo, un estudio finlandés de animación, por una cantidad que no ha sido desvelada. Seguidamente, Rovio contrataba a David Maisel, antiguo presidente de los Estudios Marvel, hasta su venta a la Disney.

David Maisel es el nuevo asesor especial, cuya misión será encargarse de la producción ejecutiva de la cinta. Maisel está acostumbrado a producir pelí­culas independientes basadas en héroes de los cómics de Marvel como las dos entregas de Iron Man, El Increí­ble Hulk o Thor, entre otras. Maisel ha visto el enorme potencial de los pájaros furiosos, que ya son un icono pop mundial, sobre todo tras ver a su madre de ochenta años jugando a Angry Birds. No en vano el juego para dispositivos móviles de Rovio lleva más de 250 millones de descargas.

Angry Birds” todaví­a está en fase de preproducción; va a pertenecer al género de animación. David Maisel está reuniéndose con directores y guionistas para formar el equipo adecuado para realizar la cinta. Según la revista Forbes, ya hay un borrador de guión que se centra en la historia previa al videojuego. Además, Maisel está buscando un socio en Hollywood que se ocupe de la distribución de la pelí­cula. De todos modos, la pelí­cula no llegará a los cines hasta 2014 ó 2015.