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Brí¼tal Legend es un tí­tulo inusual. No por el género, un RPG de fantasí­a que en jugabilidad no dista demasiado de otros tí­tulos similares, sino por el espí­ritu de diversión que se advierte en cada pantalla. Su artí­fice, Tim Schafer, ha echado mucha gasolina en el depósito de Brí¼tal Legend, y eso se nota. El lanzamiento de este juego para PlaysStation 3 y Xbox 360 por parte de Electronic Arts le sentó muy bien a las estanterí­as hace poco más de un mes, y desde entonces no se apea del burro de los superventas. Y eso apesar de no ser un tí­tulo económico: 63 euros.

Las claves del éxito de Brí¼tal Legend residen en la frescura de esta propuesta (que remite a clásicos de Schafer, como su segundo Monkey Island y, sobre todo, la disparatada historia de El Dí­a del Tentáculo), un doblaje lleno de estrellas (con Jack Black y Santiago Segura, a la voz del protagonista en las versiones anglosajona y castellana, respectivamente, pero también con figuras del rock y el heavy, como Ozzy Osbourne o Lemmy Kilmister) y altas, altí­simas dosis de humor y música. Echemos un vistazo más detenido a Brí¼tal Legend.

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Argumento

Brí¼tal Legend es un relato de pura fantasí­a rockera. Comenzamos con Eddie Riggs, un pipa (o probador de instrumentos para conciertos) que tras un «accidente» se ve transportado a un mundo extraño donde unos monjes intentarán sacrificarlo. Tras librarse de ellos a golpe de hacha y punteos de guitarra (sí­, de punteos de guitarra) consigue zafarse, para descubrir a dónde ha ido a parar: Riggs ha dado con sus huesos en la «tierra legendaria del Heavy Metal».

Desde este punto, Eddie Riggs tendrá que recorrer la práctica totalidad de este mundo paralelo (que comprende una extensión de más 60 kilómetros cuadrados de territorio explorable) y vérselas con muchos adversarios y aliados hasta conseguir descubrir la forma de salir de este extraño lugar. Para ello, no sólo tendrá que dar y repartir leña entre los enemigos, sino que también tendrá que pilotar vehí­culos, convencer a algunos personajes y establecer alianzas que le ayuden a avanzar en la trama.

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Jugabilidad

La fórmula de Brí¼tal Legend mezcla el RPG de acción con algunas dosis de estrategia. Principalmente, el juego se basa en un sistema de misiones lineal que tendremos que ir completando para acercarnos al desenlace del argumento. En cada misión, el punto básico del juego no dista demasiado al de cualquier otro tí­tulo del género, con la salvedad de la originalidad del argumento y la peculiar puesta en escena que requiere para adentrarnos en su universo.

Para avanzar tendremos que enfretarnos en el cuerpo a cuerpo con multitud de enemigos. Para ellos, utilizaremos dos armas. Por un lado, un hacha de pesada potencia, llamada The Separator, que como su nombre bien indica, va a hacer de nuestros adversarios auténticas lonchas de mortadela. Por otro, una guitarra eléctrica, concretamente una Gibson Flying V, una auténtica pieza de culto (conocida como La Flecha) y que nuestro protagonista llama cariñosamente Clementine. Con la guitarra el personaje va a desarrollar la faceta mágica del juego, ya que sus punteos convocarán hechizos que permitirán deshacernos de los contrincantes. Como es lógico, la combinación de botones y armas dará de sí­ curiosos resultados en cada momento de la historia.

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En Brí¼tal Legend también encontramos pasajes más allá de la acción cuerpo a cuerpo. En algunos momentos, tendremos que desplazarnos sobre ruedas, especialmente para cubrir largas distancias. Para ello, Riggs va a fabricarse un extraño todoterreno que bautizará como The Deuce. Durante todo el juego, podremos adquirir complementos y mejoras para este vehí­culo que, además, también podremos emplear para atropellar enemigos, al más puro estilo Carmaggedon.

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Y como en toda buena historia rockera, en Brí¼tal Legend no faltan los fans (o groupies, entendidos como los seguidores acérrimos de una banda). El juego contempla a este colectivo como una parte fundamental, ya que podremos ir reclutándolos para que nos ayuden en momentos concretos de la historia en los que la fuerza de un mini ejército sea precisa para pasar alguna misión. Este punto podrí­a ser interesante para el modo online, en el que los jugadores se enfrentarán con formaciones más o menos nutridas de groupies y que bien pueden marcar la diferencia en una contienda. Para ello, no sólo habrá que ser un buen lí­der reclutando, sino que tendremos que recurrir a fórmulas de venta de artí­culos y regalos con los que Eddie Riggs gane en popularidad entre sus fans.

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Gráficos

Llama la atención que los chicos de Double Fine Productions (el estudio liderado por Schafer del que ha salido Brí¼tal Legend) no hayan previsto dotar a este juego de una resolución 1080p, aunque eso no resta interés al aspecto gráfico. Dado que el realismo no es uno de los objetivos de este tí­tulo, el diseño de personajes y escenarios está más cercano a la caricatura que a la escultura. Con un aspecto cercano al tebeo, Brí¼tal Legend propone un universo muy detallista que, sobre todo, le será familiar a los seguidores del rock y el heavy de los ochenta. En ese sentido, la atmósfera y autenticidad de Brí¼tal Legend han sido capaces de alcanzar sus objetivos.

Gracias a su vocación de cartoon, Brí¼tal Legend goza de mucha naturalidad en las secuencias cinemáticas y los ví­deos de transición entre misión y misión. Por ello, el manejo del tí­tulo se hace muy fluí­do y nada abrupto en lo que animaciones y movimientos se refiere, algo que el jugador va a agradecer cuando se quiera terminar de una sentada las 10 horas de juego que requiere para completarlo detenidamente.

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Una atención especial merece la participación de muchas figuras del rock de todos los tiempos en Brí¼tal Legend. Llegados a este punto, las intervenciones de personajes como Ozzy Osbourne o Rob Halford serán los momentos más emocionantes para los metaleros de otra época, y su puesta en escena si que ha buscado una representación visual más cercana al aspecto realista de los rockeros a los que muestra.

Sonido y música

Como no podí­a ser menos, haber pasado por alto el apartado sonoro en Brí¼tal Legend habrí­a sido como pasar de largo ante la Monalisa en el Lovre. Para que Brí¼tal Legend tuviese la personalidad de la que hace gala, Schafer siempre supo que tení­a que contar con un reparto para el doblaje que imprimese el aire de cachondeo y diversión que la historia requerí­a. En la versión original en inglés, Eddie Riggs tiene la voz nasal y molesta de un clásico moderno del rock en el celuloide: Jack Black. No será el único actor conocido de pecuriar tono que se encuentre en la versión anglosajona del tí­tulo, y advertimos también la presencia de Tim Curry.

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En nuestro paí­s, el encargado de ponerle voz al protagonista ha sido otro clásico, más agradable y divertido, conocido como Santiago Segura. Y por supuesto, para todos los cameos y apariciones estelares, han sido los propios homenajeados quienes han prestado su voz para Brí¼tal Legend.

Y respecto a la música, casi no falta nadie. Con un catálogo de más de 100 canciones de 75 formaciones, el seguidor del rock duro no va a tener quejas del repertorio. Desde los más clásicos Black Sabbath, Manowar o Anvil hasta bandas más modernas y extremas como Cradle of Filth, Children of Bodom o Dimmu Borgir, la horquilla de gustos y estilos es de lo más variada.

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Aplausos

La frescura y tono de cachondeo que se respira en cada momento del juego.

El diseño gráfico de los escenarios, que remite directamente a los universos visuales de joyas del autor, como El Dí­a del Tentáculo.

El abanico musical, completamente inusual en el mercado de videojuegos.

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Necesita mejorar

Aunque muy simpático, Brí¼tal Legend es un juego más de acción y estrategia, sin demasiada innovación o inventiva en cuanto a jugabilidad.

Los jugones más experimentados (y con prisas) podrán terminárselo en unas siete escasas horas.

Aunque sus creadores lo niegan, si no te gusta el rock duro no encajarás con este tí­tulo.

http://www.youtube.com/watch?v=Zxnho1yTjRo