Destruir ideas convencionales. Esta es la fórmula con la que los creadores de Naughty Bear, un peligroso osito de peluche enfrentado a su peculiar mundo, pretenden atraer a los jugadores cansados del hiperealismo de títulos como GTA, ScarFace: the World is Yours o Torrente. Este chocante juego verá la luz en un momento indeterminado del verano del presente año y lo hará para las consolas PlayStation y Xbox 360. Artificial Mind and Movement, más conocidos como A2M, serán los encargados de darle vida al muñeco.
La libertad de la que hacen gala los títulos sandbox de acción conducirá esta vez al jugador a un submundo imaginario de peluches y muñecos. Deberá dominar y encauzar la ira de su avatar para conseguir el mayor y más vistoso número de bajas de congéneres. Y siempre teniendo en cuenta que el gran cabreo del osito responde al hecho de quedarse fuera de una fiesta de juguetes. La lógica contradicción que supone un peluche agresivo es el hilo argumental que han querido mostrar sus creadores con los 2 vídeos promocionales lanzados: el primero sitúa el juego en su justo contexto y el segundo nos avisa de por dónde irán los tiros, literalmente.
Uno de los aspectos más interesantes del título lo encontramos en la estrecha relación que tendrá con Internet. Por un lado, se crearán tablas de puntuación donde los usuarios del juego podrán comparar quién fue más vengativo y violento manejando el peluche. Y por otro, se habilitarán varias formas de enfrentarse a rivales a través de la red. Algunas serán muy típicas, como “captura la bandera” ”“donde en juegos como Call of Duty hay que tratar de ser el más rápido en recoger la bandera y el más habilidoso para mantenerla durante el tiempo establecido-, y algunas novedosas, como “Busca y encuentra”, modalidad de la que aún no ha trascendido ninguna información.
La segunda y principal diferencia respecto a títulos de este mismo género, amén de la sustitución de personas y ciudades por ositos y mundos de peluche, será la introducción de un condicionante de inteligencia para ser el mejor manejando el oso. En muchas situaciones no sólo valdrá con hacer de él el peluche más sanguinario, sino que también habrá que estrujarse el cerebro para hacerlo bien, ya que mucha de la puntuación que se puede conseguir dependerá del camino que se elija para hacer el mal.