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Un año más, el videojuego pliega al resto de sectores del audiovisual y del ocio interactivo, presentando un volumen de negocio mayor que el resto de la oferta. En total, un 53 por ciento del dinero que nos gastamos los españoles en 2009 fue a parar a consolas y juegos (con un 25 y un 28 por ciento, respectivamente), mientras que el 47 por ciento restante lo repartimos entre cine en DVD y Blu-Ray, entradas de cine o discos de música.

En total, el sector que representa la Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento (aDeSe) se embolsó unos 1.200 millones de euros, una cifra que, aunque vertiginosa, revela el descenso en ventas manifestado en otros sectores. No somos los únicos. Toda Europa está notando el azote de la crisis, y aunque los videojuegos han sido el mercado que ha tardado más en resentirse, finalmente ha tenido que sufrir las limitaciones en los bolsillos de jugones y aficionados.

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No obstante, en España no andamos mal a la hora de priorizar nuestros gastos en juegos y consolas. Nos situamos cuartos en el ránking de consumo europeo, sólo superados por Reino Unido, Francia y Alemania, cuyos descensos en ventas ha sido moderadamente proporcionales al que hemos experimentado en España (donde la caí­da en ventas ha alcanzado el 16,2 por ciento). Sólo Suecia y Portugal subieron su escala de ventas en 2009 respecto al año anterior, con un 1,5 y un 13,8 por ciento, respectivamente.

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No obstante, aunque la bajada en el negocio era de esperar, no es un sí­ntoma de mala salud para los videojuegos. Pensemos que, por ejemplo, los españoles invertimos en 2009 675 millones de euros en entrar en salas de cine, mientras que en juegos casi nos gastamos lo mismo, 638 millones de euros.

¿Y la razón por la que ha caí­do el beneficio del sector? Unos lo achacan a la crisis, que nos ha vuelto más ahorradores de cara a gastos superfluos. Pero desde aDeSe apuntan a la piraterí­a como principal acicate de las ventas. Y quizás no les falte razón.

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Los juegos de PC son los que más han acusado la falta de ventas, y mientras en España cayó un 18,7 por ciento (frente al 5,5 de los juegos de consola de sobremesa, que además son más caros), en Europa manifestó una caí­da del 20,8 por ciento en contra de la merma del 1,4 de las consolas de salón.